Nací y crecí en Palma de Mallorca. Con veinte años mi hermano me dijo que no valía para nada, ni siquiera para el Ejército. Y yo, en parte por rabia y en parte por escapar de mi realidad de entonces, ingresé en Ejército de Tierra, en Infantería Ligera. Seis años después me reciclé como técnico en armamento, pasando a formar parte del Cuerpo de Especialistas.
Allí estuve trece años y creo que, de alguna manera, me di cuenta de que mi hermano algo de razón tenía; el Ejército no era lo mío.
Estaba en Mallorca, acababa de ascender a cabo y me apunté a clases de improvisación teatral para superar una ruptura amorosa. Y me volví a enamorar, pero del arte.
El teatro me liberó.
Rápidamente pedí destino a una base de Madrid para poder estudiar interpretación. Y, durante varios años, compaginé mi formación en Arte Dramático con las armas. Por las mañanas, mientras arreglaba una pistola, recitaba El castigo sin venganza de Lope de Vega, porque tenía ensayos por la tarde. Las pistolas, en muchas ocasiones, las reparaba mal, y no funcionaban. No estaba a lo que estaba.
Ahora soy actor, improvisador, docente y poeta. Vivo entre Madrid y Cuenca, de donde era mi abuelo Teódulo.
Diplomado en Réplika Teatro – Academia del Actor, amplié mis estudios en Italia, formándome en Commedia dell’arte en el Teatro Comunale di Ferrara. He estudiado improvisación con Carles Castillo de L’Om Imprebís, FrankTotino (Keith Jhonstone Impro) e Impromadrid, por citar sólo a algunas de mis escuelas y maestros.
Mis últimos trabajos en teatro han sido la participación en obras como Alguien voló sobre el nido del cuco, El proceso e Ivón, princesa de Borgoña, dirigidos por Jaroslaw Bielski. También he trabajado en series como Acacias 38, Los relojes del diablo, Neverfilms, Bajo la red o Yrreal.
En la actualidad, imparto clases en Réplika Teatro, La Casa de los Jacintos y en Sorgune Centro de Creación.
Los pocos momentos en los que puedo descansar de mí mismo son aquellos en los que actúo, escribo o doy clases. Me dedico a esto porque me salva la vida.